El parto prematuro sigue siendo uno de los problemas más importantes de la medicina perinatal. Todavía muchos de estos partos se producen por causas inexplicadas, pero hay situaciones en que se puede detectar el riesgo y adoptar medidas de prevención o tratamientos tocolíticos para frenar el parto. Estas medidas no permitirán llegar a término, solo ganar tiempo, a veces poco tiempo, pero en determinadas fases del embarazo unos días son muy importantes. Entre las 24 y las 28 semanas de gestación el pronóstico neonatal mejora cada día que pasa, por lo tanto en estos momentos ganar un poco de tiempos es muy importante.
La identificación del riesgo y el diagnóstico precoz de parto prematuro también permite preparar el nacimiento.
Los corticoides administrados a la madre maduran el pulmón fetal y probablemente otros órganos y la administración de sulfato de magnesio mejora el pronóstico neurológico de los prematuros. Y finalmente, trasladar a la gestante a un centro con la capacidad de dar una buena atención a la madre y al prematuro.